Si sus ojos lloran sin parar… debe saber que…
La lágrima cumple una importante función para el bienestar de nuestros ojos, hidratando y protegiendo la superficie ocular. Sin embargo una cantidad excesiva de lágrima supone una molestia importante para los pacientes, ya que el nivel elevado de lágrima en los ojos hace que ésta se vierta sobre el párpado provocando irritación en la piel y la necesidad de secarse constantemente la cara.
Existen varias causas que provocan este exceso de lágrima, por un lado un incremento en la producción de misma, especialmente si existe algún factor irritante de la superficie ocular, como una pestaña que roza o un parpadeo insuficiente. Por otro lado, la lágrima puede ser excesiva por no poder eliminarse con normalidad a través del conducto natural que la lleva a la fosa nasal, denominado conducto lacrimonasal. La obstrucción de este conducto puede deberse a múltiples causas cicatrizaciales como la edad, conjuntivitis, traumatismos, etc. En cualquier caso, al estar bloqueado el conducto lacrimonasal, la lágrima no puede fluir hacia la fosa nasal y se acumula en el párpado inferior hasta que finalmente se vierte sobre la mejilla.