El ojo tiene tres capas de tejido diferentes alrededor de una cavidad central. La más externa es la esclera (la capa blanca del ojo), y la más interna es la retina (tejido responsable de formar imágenes en el fondo del ojo). La capa media entre la esclera y la retina se llama úvea.
La úvea contiene abundantes vasos sanguíneos que nutren la retina y otras estructuras del ojo. La inflamación de la úvea puede afectar a la córnea, la retina, la esclera y otras partes vitales del ojo. La inflamación de esta capa, uveítis, puede afectar de forma irreversible a la visión, ocasionando ceguera. Un caso de simple ojo rojo, puede de hecho ser un serio problema de uveítis.
Síntomas (qué notamos).
· Percepción de moscas volantes en la visión
· Visión borrosa
· Dolor en el ojo
· Ojo rojo
En la uveítis anterior, la mayoría de los ataques duran de unos pocos días a unas semanas finalizando lo síntomas con el tratamiento, pero es común que se presenten recaídas.
En la uveítis posterior, la inflamación puede durar meses o años y puede producir daño permanente de la visión, incluso con tratamiento.